Perspectivas para 2022: las oportunidades que traerá el mercado inmobiliario y cómo aprovecharlas

Hay expectativas sobre el segmento residencial medio alto y alto, pero también la hotelería y la logística mostrarán un buen desempeño; los desafíos que enfrentará el sector. por Damian Tabakman para La Nación

El segmento de desarrollo urbano ha sido uno de los más impactados en el último tiempo. Pero ese impacto no necesariamente ha sido negativo. De hecho, 2022 se nos presenta con grandes oportunidades. ¿Cómo aprovecharlas?

Inicialmente, las expectativas están puestas en el segmento residencial medio alto y alto, sobre todo en lo suburbano. Ese es el nicho más atractivo en el corto plazo, dado que no depende del crédito hipotecario, aún inexistente, y está potenciado por el interés que uno ve en el mercado por la búsqueda del verde emergente de la pandemia.

Lo urbano para ese mismo segmento también es interesante, aunque con una absorción comercial todavía limitada. En efecto, hoy se vende poco en pozo. Sin embargo, el nicho más atractivo a mediano plazo es el residencial de clase media y luego media baja, que despegará cuando regrese el financiamiento a largo plazo. En ese momento, ese segmento rebotará mucho dado que está muy relegado luego de muchos años de virtual parálisis.

Respecto de otros productos inmobiliarios, la hotelería asociada al turismo interno ya está rebotando esta temporada y tendrá una gran performance cuando vuelva el turismo internacional, en la pospandemia, motorizada por lo barato que está nuestro país medido en dólares reales.

También nos encontramos en un excelente momento para la logística, sobre todo de última milla a raíz del boom del e-commerce. En el caso de las oficinas y los centros comerciales, la recuperación será más lenta debido a que nadie sabe qué fisonomía tendrán ambos programas una vez que la pandemia sea finalmente parte del pasado. En cuanto a las oficinas, podría haber oportunidades de la mano del coworking y también en el segmento de las oficinas suburbanas descentralizadas.

No obstante, el segmento comercial podría llegar a tener un rebote más rápido de la mano del entretenimiento, que sí puede llegar a tener demanda por la ansiedad que genera el reencuentro aún conviviendo con el coronavirus. Por otro lado, hay ciertos barrios que presentan oportunidades puntuales atractivas en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA), como la revitalización del microcentro y el distrito tecnológico de Parque Patricios.

Hacer frente a los desafíos

Una mayor estabilidad, sobre todo monetaria, daría lugar a la vuelta rápida del crédito hipotecario, tal como ha sucedido en otros países de la región. De allí podría surgir algo muy importante, que es el principal desafío del sector y nuestra gran asignatura pendiente: empezar a trabajar para la clase media y media baja. En muchos países de Latinoamérica, los desarrolladores trabajan principalmente para ese segmento y hacia allí quisiéramos ir.

Por otro lado, es clave que baje la inflación y que exista una percepción estable respecto del futuro del dólar. Una estabilización de esas variables tendría un impacto muy favorable sobre nuestro sector dado que motorizaría la propensión a invertir en el país.

La voluntad de hacerlo en ladrillos siempre está presente y es primera en la lista de opciones para quien tiene cierta capacidad de ahorro, pero hace falta que, en la batalla contra el dólar, gane nuestra industria para lo cual la calma macro, económica y política es esencial.

En el ámbito de la micro, la agenda de lo que necesitamos lo antes posible incluye una mejora en la ley de alquileres, la aprobación e implementación del proyecto de ley sobre crédito hipotecario que está en el Congreso para que los bancos se animen a dar préstamos ajustados por salarios y la prórroga del blanqueo.

En línea con ello, desde la CEDU queremos profundizar nuestra relación con el Gobierno en todos sus niveles con más y mejores proyectos para nuestro sector. Actualmente, tenemos un gran diálogo, gracias a lo que se han generado las propuestas de blanqueo, que han sido bien recibidas, así como las que hicimos para el regreso del crédito hipotecario accesible. También en CABA logramos introducir la figura del desarrollador urbano en el nuevo Código de edificación y tener un diálogo muy fructífero respecto del proyecto de incremento de la plusvalía. En la provincia de Buenos Aires también la relación es muy buena, por ejemplo en cuestiones como la regularización de urbanizaciones, actualmente en marcha.

Construimos e invertimos en el país, generamos empleo y hacemos mayoritariamente viviendas, que tanta falta hacen. Claro que podríamos hacer más cosas y también podríamos hacer las cosas mejor. En eso realmente estamos trabajando y nos comprometemos cada vez más. Por ejemplo, introduciendo la filosofía del triple impacto en nuestros proyectos.

Gracias a los grandes desarrollos urbanos de centros comerciales, edificios, centros turísticos y de recreación, espacios públicos e infraestructura urbana, se puede mejorar la calidad de vida de las personas e impactar en el desarrollo económico del país. El motor de crecimiento se pone en funcionamiento gracias al efecto multiplicador del Desarrollo Urbano, y esto mejora significativamente la calidad de vida de toda la población.

 

El autor es presidente de la Cámara de Desarrolladores Urbanos (CEDU)

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